jueves, 16 de julio de 2009

Una reación preocupante

El poder de la prensa nunca deja de impresionarme. Basta con que un acontecimiento se torne público en este potente medio para que inmediatamente tenga influencia en nuestra vida. Un gran problema a veces porque nos dejamos absorber por eventos y cuestiones que no nos afectan en absoluto, o talvez solamente en un grado imperceptible.
Quiero tomar como ejemplo la muerte de Michael Jackson. Una vez anunciada su muerte, la oleada de información que nos atacó fue brutal. Noticias en vivo, helicópteros sobrevolando sitios alusivos, transmisiones en vivo de los miles de reporteros en combate por las primeras exclusivas, especiales, documentarios biográficos. La información fue desmesurada. De repente el mundo giraba en torno a Michael Jackson. De repente, a todos le gustaba y admiraban a MJ. Después de tanto tiempo de ignorarlo y solamente comentar los escándalos de su vida personal, tocaban sus músicas; ahora estaba de “moda” que te gustara MJ. Ese es el poder que ejerce sobre el público la prensa, potenciado por un público fácilmente influenciable. Hasta tuvo un efecto económico, disparando las ventas de sus discos hace mucho en constante caída.
Quiero tomar como ejemplo la muerte del profesor Víctor Hugo Persíncula. Aún a nuestro humilde nivel local, la prensa ejerce un poder desmesurado. Pareciera que es exactamente esa la razón para dicho efecto: la pequeñez de nuestra ciudad. Todos tuvieron en su momento una especulación sobre la muerte de nuestro compatriota. La noticia corrió de boca en boca y vinieron a tono cosas que no venían al caso. Debo ser franco en este momento. Aprovecharse de la orientación sexual de una persona para tornar la historia de su horrible muerte más espectacular es un acto monstruoso. Gente artiguense, debemos ser mejores personas. Ya pensamos muy poco de nosotros mismos, la propaganda es mala ya de por sí y si no ponemos ni siquiera un poquito de empeño en tratar de cambiar nuestras actitudes, entonces nunca podremos alcanzar nada. Y en esto, no hay Javier Bertalot que nos ayude señoras y señores, por más increíble que les parezca.
El objetivo de toda esta perorata es llamar la atención sobre el poder de la prensa y la capacidad que tenemos de faltarle el respeto a los hechos; todo esto para poder hacer un sencillo comentario...
Deseo llamar la atención a un patético fenómeno del cual he sido testigo últimamente causado por la nueva gripe (y nuestra innegable ignorancia). Me refiero a la discriminación innecesaria y obsesiva hacia las personas con gripe (NO la nueva gripe, que contraen un resfriado común o parecido). He visto personas siendo tratadas como leprosas, simplemente por toser, o aparecer con un barbijo para protegerse. No me refiero a ser negligentes y desconsiderar el peligro de la nueva influenza. Me refiero a no tener esta reacción a mi parecer desproporcionada al problema.
No puedo dejar de pensar que la paranoia nos está alcanzando a todos. No debemos bajar la guardia, pero tampoco someternos a la presión de los medios a unirnos a la creciente histeria. Debemos ser mejores personas, mis compañeros artiguenses. Debemos aprender a cuestionar. No me refiero a ser incrédulos y caer en la ignorancia. Pero sí tratar de cultivar el espíritu crítico y no desunirnos ante las adversidades. Creo que este podría ser el secreto para que nuestra ciudad prospere.